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sábado, 18 de agosto de 2018

USO Ryanair se prepara para una huelga global

Los tripulantes de Ryanair continuarán con su presión contra la aerolínea y se preparan, junto con los pilotos, para organizar la “primera huelga global de la compañía”.
Así la calificó Ernesto Iglesias, responsable de Vuelo del sindicato USO Sector Aéreo. Esta delegación se reunirá el 7 de septiembre con los representantes de los TCP de Portugal, Italia y Bélgica que organizaron las dos jornadas de huelga a fines de julio, y analizarán realizar nuevas medidas de fuerza para doblegar a la dirección de Ryanair.
A este encuentro que se realizará en Roma fueron invitados “sindicatos de todos los países donde opera Ryanair y de todos los colectivos que quieran participar en acciones conjuntas”, indica el comunicado de USO.

Reclamo conjunto de tripulantes y pilotos

Dos días antes este sindicato, junto con Sictpla, se reunirán en Madrid con representantes de la aerolínea irlandesa en la Dirección General de Trabajo, para lograr una solución al conflicto antes de que se extienda por el resto de Europa. La última reunión, realizada el 1 de agosto, terminó sin acuerdos.
Los tripulantes y pilotos coinciden en un reclamo: que los trabajadores sean contratados bajo las leyes de cada país, y no según la legislación irlandesa.
Ryanair afirma que no quiere ni hablar de esta posibilidad, porque pondría en peligro su modelo de negocio low cost.

Impacto incalculable para Ryanair

Los sindicatos quieren acelerar los tiempos porque saben que una huelga en otoño tendrá menos impacto que las realizadas en el último mes
En caso de que haya un paro organizado entre ambos colectivos, a los que se podrían plegar las bases de más países, tendría un impacto incalculable para la aerolínea, que en los últimos meses transportó 133,5 millones de pasajeros, o sea una media que supera los 365.000 viajeros por día.

Presión de los tiempos

Pilotos y tripulantes quieren acelerar los contactos y decisiones porque el tiempo les juega en contra. El alcance de las huelgas fue posible porque se decidió hacer en plena temporada estival, pero si se organizaran paros en otoño o invierno las medidas de fuerza tendrán un impacto más leve ya hay menos vuelos y una disminución de pasajeros. A menos de que decidan realizar la medida de fuerza en las vacaciones de Navidad.
Además Ryanair –como las aerolíneas de bajo coste y tradicionales- suelen levantar frecuencias en temporada baja, con lo que también reducen las tripulaciones disponibles.
El consejero delegado Michael O’Leary advirtió que si persisten las medidas de fuerza se verá obligado a replantear su modelo de negocio y, llegado el caso, disminuir frecuencias y hasta cerrar bases. De hecho, tras uno de los paros en Irlanda, anunció que trasladaría parte de la flota de Dublín a Polonia.

Las huelgas pasan factura a Ryanair

Pero la conflictividad laboral pasa factura a Ryanair. Durante los últimos 30 días sus valores cayeron el 15,62%. Además su tráfico de pasajeros subió solo el 1,6%, cuando hace un año había logrado un aumento del 12%, y en julio de 2016 había alcanzado un incremento del 10%.
Las huelgas de julio llevaron a que Ryanair quede, en cuanto a porcentajes de crecimiento, por detrás de Eurowings (+16,9%), Vueling (+7,9%), Easyjet(+7,5%) e Iberia Express (+7,5%), por citar a compañías de bajo coste.

Los competidores seducen a los pilotos de Ryanair

Los competidores revolotean, como aves de presa, por sobre los recursos humanos de la aerolínea irlandesa. Easyjet realiza campañas de reclutamiento en Dublín, ciudad sede de Ryanair, con el lema “Enamórate de nuevo de volar con Easyjet”, para captar nuevos pilotos y tripulantes.
También Norwegian lanzó una convocatoria en la capital irlandesa para contratar a 40 pilotos. De hecho hace un año esta aerolínea había emprendido una campaña similar y motivó el éxodo de 180 pilotos de la compañía de O’Leary a la low cost escandinava.