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lunes, 29 de enero de 2018

Joaquín Pérez (USO): "Vienen nuevas formas de trabajo y España ya va tarde para legislarlas"

Joaquín Pérez (USO): "Vienen nuevas formas de trabajo y España ya va tarde para legislarlas"


29/01/2018 - 9:50
  • Joaquín Pérez es el Secretario general de Unión Sindical Obrera (USO)
  • "Los sueldos tienen que subir entre un 2,5% y un 3,5%", asegura
  • Acaba de tomar las riendas del tercer sindicato de España. Joaquín Pérez (Madrid, 1977) asume la secretaría general de Unión Sindical Obrera (USO) con ilusión y algo de vértigo, ante el "desprestigio" que sufre en estos momentos el movimiento sindical. Su objetivo: hacerse hueco entre CCOO y UGT, meta que pasa por la reivindicación de "ir con las mismas reglas al terreno de juego".
    Se ha mostrado crítico con el 'bisindicalismo'. ¿Es hora de que entren en juego otras fuerzas sindicales?
    A veces me planteo si es realmente un bisindicalismo, porque no veo las diferencias entre CCOO y UGT en temas cruciales en los últimos años. No comparto su modelo sindical, pero me encuentro muy cómodo con los compañeros. Lo que queremos es ir con las mismas reglas al terreno de juego y poner a la USO en el lugar que le corresponde.
    ¿Hay voluntad política para ello?
    La razón me la dan todos los partidos, pero voluntad no hay. Hay una legislación obsoleta, todo el mundo entiende que hay que cambiarla, pero nadie le mete mano porque las organizaciones sindicales se han institucionalizado hasta tal punto que las propias instituciones democráticas no se atreven a modificar las leyes que les incumben.
    El mercado laboral plantea grandes retos para los próximos años...
    Sí. Vienen nuevos empleos, algunos con una carga explosiva de precariedad, baja calidad, explotación y fraude a la Seguridad Social, y ya vamos tarde para legislar estas nuevas formas de trabajo. Toca luchar contra la precariedad en el empleo y apostar por la calidad.
    ¿Considera que hay que penalizar la contratación temporal?
    Hay que dejar de bonificar la contratación precaria. La única bonificación debe ser para el empleo estable. Habrá que elevar la cotización del temporal y bajar la del fijo.
    ¿Y reducir los tipos de contratos, como plantea Fátima Báñez?
    El sistema de contratación normalizado tiene que ser el indefinido. No se puede hablar de un contrato único que, al final, igualará los tipos de contrataciones a la baja, y eso sería un gran error. Para eso, prefiero quedarme con lo que tenemos, que ya es malo.
    La ministra también ha planteado las auditorías salariales en grandes empresas para rebajar la brecha de género. ¿Qué le parece?
    Las medidas por la igualdad de género, para ser efectivas, deben contemplar todo tipo de empresas, como en Islandia. Ya que, en España, la mayoría de las compañías tienen entre 25 y 250 personas, y esas trabajadoras no pueden quedar fuera de la legislación y expuestas a la discriminación salarial.
    ¿Y ampliar los años de vida laboral para el cálculo de la pensión?
    Estoy completamente de acuerdo. Así se consigue que los profundos baches económicos que ha atravesado este país no perjudiquen aún más a la clase trabajadora. No se trata de elegir el mejor periodo, sino de tener en cuenta toda la vida laboral y eliminar los peores años.
    ¿Hay solución para el sistema?
    El Gobierno debe enfrentarse, por fin, al desafío que todas las legislaturas han dejado pasar: un programa global de medidas que asegure la sostenibilidad de los ingresos para afrontar el gasto en pensiones. Es necesaria una reforma fiscal potente y que las empresas paguen para devolver a la sociedad lo que no devuelven en forma de empleo.
    El Gobierno aboga ahora por elevar salarios. ¿Cuánto deben subir?
    Entre el 2,5% y el 3,5%, más la pérdida de poder adquisitivo del sector en la crisis.
    CCOO y UGT piden alzas superiores al 3%, un tope que la CEOE no está dispuesta a rebasar...
    El problema es, precisamente, topar por arriba. No es entendible, es intencional. Todo el debate se centra en el porcentaje de incremento salarial, y me parece de baja calidad intelectual. Si cambiásemos la legislación e hiciésemos que los acuerdos fueran de obligado cumplimiento, servirían para algo.
    La UGT también quiere un salario mínimo en convenio de 1.000 euros.
    Me parece una propuesta para maquillar acuerdos anteriores. Acaban de firmar a bombo y platillo un SMI de 736 euros, que será de 850 euros en 2020 si se cumple la letra pequeña del Gobierno. No entendemos que al día siguiente hablen de un nuevo salario mínimo, pero de convenio. De todos modos, animamos a UGT a que realmente no firmen ningún convenio con salarios por debajo de los 1.000 euros.
    ¿Qué le parece el actual modelo de diálogo social?
    Lo llaman diálogo social y no lo es. Es una declaración de intenciones. El acuerdo más importante para el futuro de los trabajadores se está negociando a puerta cerrada y pone el foco en la subida salarial. Hay que debatir sobre la calidad del empleo, la estabilidad, la conciliación...
    Los datos de creación de empleo en los últimos años son buenos...
    Los números son positivos, pero no se cotizan más horas trabajadas que en 2007. No tiremos confeti, lo que se está haciendo es trocear el empleo. Hemos bajado el listón y nos va a costar muchos años recuperarlo.